Vivimos una época de cambios históricos donde la tecnología está cambiando las reglas de lo que podemos hacer, mas rápido de lo que podemos asimilar.

Loas nuevos modelos de negocio y formatos de trabajo que emergen de esta realidad hacen cada vez más obsoletos los modos de educación tradicional.

Lanzar al mercado miles de profesionales de psicología, arquitectura, diseño, publicidad, ingeniería, contabilidad y muchas más, no tendrá ningún sentido en un entorno donde se requerirán competencias que ninguna de esas carreras hoy entregan, justamente porque fueron diseñadas en otro tiempo.

En muchos casos, el cambio es y será tan brusco que las generaciones adultas, requerirían de una reprogramación muy profunda para poder adaptarse.

Sin embargo, la generación Z es parte de la generación de transición.

Ellos van a presenciar la transformación de trabajos, economía, empresas, industrias, universidades y carreras.

Es probable que esta generación sea la última donde un pregrado sea suficiente y necesario para trabajar y también sea la última donde la tecnología no sea parte prioritaria de la formación profesional.

Los nuevos trabajos no solo requerirán de habilidades tecnológicas y humanas muy diferentes y menos especializadas, sino que responderán a modelos de contratación orientados a servicios, temporales y acotados.

El secreto del éxito de estas nuevas generaciones, será la capacidad de aprender rápido, ser independientes, desarrollar su identidad y tener las herramientas para colaborar y ejecutar sus proyectos.